domingo, 8 de mayo de 2011

Insomnio




Si el lector pretende encontrar una forma descriptiva de las perturbaciones del dormir no tendrá que hacer más que remitirse al DSM IV (Trastornos del sueño f51.0/ código 307.42), o en el CIE 10, (Trastornos no orgánicos del sueño-vigilia) donde encontrará una clasificación de la problemática. 
No es el interés de este desarrollo abordar la problemática desde un análisis descriptivo, sino desde  el recorrido del psicoanálisis donde se descubre el funcionamiento de la actividad psíquica.-
Enlaces:
Desde lo fenoménico, el Insomnio, ha sido advertido tanto por quien lo sufre, como así también socialmente; o sea que es una problemática que se alojo en el conocimiento, que se la nombra y se expande en su mención. Conocimiento que ha llevado a naturalizar este padecimiento  y lo que se naturaliza deja de ser interrogado.-
En tanto fenómeno, hecho corroborado al que se le asigna una categoría,  hasta llega a ser auto-diagnosticable en su presentación: “yo tengo insomnio”.  Si a toda aproximación diagnóstica le sigue una terapéutica posible, aparecerán diferentes abordajes; esto solo si, él que se auto-diagnosticó   no dicte a su vez el procedimiento terapéutico: “recéteme algo… voy a buscar la receta”.
La Cosa, parece andar sola, en el margen están quienes la padecen y quienes han pasado a ser los administradores paliativos (profesionales) para que la Cosa ande.-
Las respuestas a esta problemática también son conocidas: una oferta creciente de psicofármacos  circulan en el tejido social; que se legitiman como un objeto más de consumo.  Objetos de consumo que se reintroducen como tragamonedas en la insaciable Cosa que acosa.-
Como todo objeto de consumo, el fármaco, tendrá que vestirse con algún atractivo: “medicamentos de última generación”… “mínimos efectos indeseables”.
Lo expresado hasta aquí, no conlleva a que se descarte un psicofármaco como una intervención posible dentro de una terapéutica. Pero no es lo mismo el medicamento como intervención acotada, que el fármaco como expansión de la producción y el consumo.-


Hay una sobredeterminación en la maquinaria de producción y consumo, que hace que, de los efectos indeseables que ella ocasiona, tenga que crear una nueva producción para eliminar lo residual.
Hoy asistimos a un aumento creciente y desmedido de las exigencias del mundo exterior:
Aumento de la jornada de trabajo
Su contracara, aumento de larga improductividad (desempleo)
Prolongación del trabajo fuera del ámbito laboral
Atención a los distintos requerimientos de la vida cotidiana


En esta maquinaria, el dormir, seria una forma de recuperación de cierta energía, que al decir de Marx seria para volverla a invertir en el mismo sistema productivo. Hace poco surgió como idea empresarial que los empleados pudieran dormir unas horas dentro del ámbito laboral, la novedad llamo la atención, es que la producción advierte que el empleado descansado produce mas y mejor. En la ciudad de Buenos Aires hasta se creo una nueva empresa: lugares donde las personas puedan dormir la siesta.
Hay una doble exigencia en sentido opuesto:
Mas cantidad de horas dedicadas a la producción, mas eficacia en la calidad de trabajo, y en sentido opuesto mas cantidad de horas de descanso. Lo común es que hay un más y por otro lado hay tendencias opuestas, esto podría servir de  ocasión en la emergencia de algo sintomático.
El insomnio, es un tipo de producción psíquica, sintomática. Lo podemos ubicar antes que se lo reconociera y tomara tanta presencia, en tanto es inherente a  una formación psíquica. Si bien es innegable que la actualidad propicia la exacerbación de las condiciones que ya están dadas en la estructura subjetiva de cada uno. A su vez es innegable, como se expandió la presencia de esta problemática, que al generalizarse como mal de muchos, ya no representa la singularidad de cada uno que la padece.  


Desenlace:
Abordando esta problemática, el Insomnio, podemos preguntarnos ¿qué operación realiza alguien cuando se dispone al hecho de “irse a dormir”? Este “irse a…”indica ya algo. ¿De donde parte y hacia donde va?
Quien se va…: parte, se retira, del mundo exterior.  Entonces la primera operación del soñante, es que retira su lazo con el mundo exterior y se va a enlazar con el mundo del soñante.-
Sigmund Freud, emplea un término, se tiene que “renunciar al mundo exterior”. La renuncia a algo es eso que carece de apelación, es un acto  que no admite acciones intermedias. Me detengo en la fuerza de este termino empleado por Freud. Uno se podría preguntar ¿a qué se renuncia?, lo que si ya esta afirmado es que hay que renunciar a algo.-
Entonces avancemos por la pregunta, ¿a qué hay que renunciar?  Hay que renunciar del mundo exterior a: sus requerimientos, sus reclamos, sus exigencias. Exigencias del mundo exterior, que Freud dijo que la conciencia atiende, aunque aclaró que de manera intermitente, la atención es una cualidad de la conciencia que intenta accionar sobre el mundo exterior; aunque no siempre nuestras acciones estén comandadas por la conciencia; en su intermitencia, en sus impasses estarán operando otros sistemas psíquicos. Podríamos decir entonces, y hacer extensible que renunciar al mundo exterior también es renunciar a las maniobras, al comando de la conciencia.- Se clausura así la bisagra que articula el mundo exterior y el polo de la conciencia. La actividad psíquica proseguirá, más allá de la vida despierta y de la conciencia; y la vida del soñante estará auspiciada por el inconsciente.-  Pero ¿qué es la actividad psíquica?   Es la actividad de desplazamientos de montos de energía, que se ligan o se mueven entre representaciones.-  Este monto de energía, avanza o regresa en el aparato psíquico, siguiendo una red asociativa de  representaciones; este tiene una actividad permanente,  y según la dirección del desplazamiento de cargas de energía (progrediente - regrediente) se estará en la vida despierta o en la vida del soñante.-
Lo primero que se desprende de esto es que en el Insomnio: no se haya  logrado la renuncia al mundo exterior y la clausura del polo de la conciencia. Las exigencias del mundo exterior continúan, no pudiendo el sujeto desentenderse de él.
En otro caso, el sujeto experimenta las exigencias de la libido. Puede desentenderse de lo preocupante del mundo exterior durante la noche, pero tampoco se dirige a dormir. En determinada estructura psíquica, en la noche es cuando más lucidez, o más despierto el sujeto se encuentra; al retirarse de las exigencias del mundo exterior del día, encuentran la noche propicia para realizar  algún deseo diferido, y así responder a las exigencias de la libido.
Entonces de aquí se desprende, que ya sea de lo apremiante del mundo exterior o de algún objeto de interés, no se puede retirar la investidura, la energía psíquica. Esto conlleva que lo que se tiene que retirar es un quantum de energía ante una exigencia, para que vuelva al yo; condición necesaria para el soñante. En el soñante, el yo, retira las cargas de los objetos y la vuelve sobre si. 
La tercera exigencia, vendrá de una instancia psíquica, a la que el yo tampoco logra sustraerse.  Esta instancia, que mantiene despierto al yo, que le impone diferentes pensamientos,  y que puede no dejarlo dormir es el superyó. El superyó es la instancia que observa la distancia que separa al yo de algún ideal.  El superyó es una instancia, donde se vislumbra  otra de la elucidaciones del psicoanálisis, que lo exterior puede ser lo más interno. El superyó es lo que del exterior, (de la cultura: del padre - de la autoridad – de la enseñanza – de la lectura),  se  incorporó como imperativo categórico ejerciendo su coerción al yo; pero sosteniendo un doble imperativo, dice Lacan: por un lado prohíbe el goce y por otro lado manda a gozar.-
Llegado a este punto, podría decir que en el insomnio, el sujeto no logra “extrañarse”, des-entenderse de un exterior interno.-
 Para terminar quiero tomar la expresión de Freud: “El yo como una pobre cosa, sometida a tres servidumbres: del mundo exterior, de la libido y del superyó” (Freud: “El yo y el ello”, punto: las servidumbres del yo).-


Re-enlace
La actualidad, ha incrementado las exigencias del mundo externo - interno. ¿Puede pensarse que la actualidad crea condiciones favorables para que se ponga a prueba la propia estructura subjetiva?
El superyó en su doble imperativo de goce, se parece al sistema de producción: que prohíbe descansar por un lado y que manda a dormir por el otro.  Donde un imperativo susurre, aun cuando no sea audible, alguien estará lo suficientemente despierto.-


Psicoanalista Andrea Ponce.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario